martes, 16 de septiembre de 2014

Casa de acogida


1ª foto que vi de Noa

Hoy quiero hablaros de mi experiencia con los animales. En febrero de este año decidí hacerme casa de acogida de una perrita llamada Noa. Recuerdo que iba a acoger otro perrito, pero que debido a unos problemas administrativos, ese perrito paso de la noche a la mañana a no poder ser acogido y yo, con todo comprado y muchísima ilusión por ir a recogerlo me quede en casa, llorando como una tonta porque ese perrito no iba a poder salir del lugar donde estaba. (Deciros que 15 días mas tarde fue adoptado en suiza y ahora es un perrito feliz).
Noa asustada su primer dia
Siguiendo con mi historia, la chica que me ayudaba con los tramites me puso en contacto con otra protectora, y después de hablar por teléfono con ella y responder una serie de preguntas me dijeron que fuera a por una perrita llamada Noa que llevaba en el refugio un mes.
Me contaron un poco su historia. Una perrita que casi muere de hipotermia. La encontraron en enero y esperaron para ver si alguien la buscaba. Nadie preguntó nunca por ella y buscaban a alguien que la adoptara.

El primer día que se vino a mi casa estaba muy delgadita y se veía que tenía miedo, aun así no se separaba de mi lado. Yo comía y ella dormía en mis pies. Yo estudiaba los exámenes y ella estaba a mi lado, en contacto conmigo.
Pasaron un par de días y Noa dejo de comer, no es que hubiese comido mucho cuando llego, pero de repente no quería comer nada. Ni pienso, ni comida de casa, nada. Fuimos al veterinario, y después de una semana en la que se quedó ingresada más de una noche y que yo creía que no sobreviviría, Noa luchó por su vida y sobrevivió. (Fue una semana muy dura que tanto mi novio como yo fuimos muy liados, pero hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para que ella volviese a casa cuando el veterinario lo decía y estuviese en la consulta cuando le tocaba.)
Una vez en casa, pasamos unos días dándole un pate que era especial para que engordase un poco y después intentamos darle pienso pero se negaba a comer, así que, a pesar que no era lo recomendable y que tampoco era lo mas cómodo para nosotros, seguimos dándole comida de casa.
Recuerdo cocinar adrede para ella. Arroz, carne, macarrones, queso, yogur,… leí un montón para saber qué cosas eran perjudiciales para los animales y que podía hacerle y que no podía.
Insistía con el pienso, pero no había forma, siempre que tenia pienso, no comía, y yo la veía tan pequeña e indefensa que no podía dejarla pasar hambre.
Noa fue engordando muy poco a poco, recuperando un peso normal. La verdad es que era un cielo de perrita que se hacía de querer. Era la pequeña malcriada de casa.

Pero entonces nos enteramos de una camada que tenía una mujer. Ya no sabía que hacer con los perritos. La verdad es que en ese momento no era mi intención ampliar la familia, pero sin quererlo, me vi en casa con Noa y con dos cachorros de un mes recién cumplido.
Uno de los cachorros fue adoptado por una familia que conocía, pero el otro decidí quedármelo yo. No había sido fácil encontrar la casa para el hermano. Me enteré de que los perros negros tienen más dificultades para encontrar hogar, a la gente no le gustan. Con lo guapos que son.
Sin querer, tenía un cachorro de un mes y a mi pequeña malcriada a la que quería muchísimo. Me plantee adoptarla y quedarme con los dos. Aunque era algo complicado por las circunstancias en las que me encontraba.
Pero en esos momentos, otra persona dijo que estaba muy interesada en la adopción de Noa, y a pesar de que yo la quería mucho, debido a mis condiciones de vida, supe que lo mejor era que Noa fuera adoptada por esta persona. Ella iba a estar muy bien cuidada y yo no iba a tener problemas con mis compañeros de piso por tener dos perros en casa. (Os recuerdo que vivo en un piso de estudiantes y que comparto la casa con más personas).

Noa fue adoptada y ahora es maravillosamente feliz con la mujer que la adoptó y a la que le estoy muy agradecida por lo que hizo. Sé que tiene una compañera de juegos con la que pasar el tiempo.
Yo me quedé con el pequeñajo al que llamé Ron. Mi pequeño cachorro que ahora pesa ya 7,5Kg y ha cumplido 6 meses recientemente.
Esta ha sido mi experiencia como casa de acogida de una perrita. No me arrepiento de nada. Aunque el principio fue muy duro y tuve que reorganizar mi vida es una experiencia maravillosa que recomiendo a todo el mundo.

Sinceramente, espero poder repetir en un futuro. Ahora, sigo en un piso con compañeros, y no todo el mundo está dispuesto a compartir piso con animales. Mis compañeros ya han aceptado a Ron como un miembro más de la casa, pero acoger a un animal es una responsabilidad que todos los del hogar deben asumir, así que lo dejo para un futuro, espero que no muy lejano.
Aún así, os recomiendo a todos ser casas de acogida, aunque es muy difícil aceptar cuando se van de casa, sabes que van a un lugar bueno y que van a estar muy bien y que tú has contribuido en su felicidad.

1 comentario:

  1. me parece preciosa vuestra historia, seguro que Noa esta muy agradecida :) bss

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